La mafia cultural del Zulia

Luego de echar a la vieja corrupta, ladrona de obras de arte,
judía y presunta asesina Sofía Ímber del Museo que llavaba
su nombre, el farruquismo, movimiento cultural que estalló
en Venezuela a principios del Siglo XXI para favorecer a las
minorías oligárquicas de su entorno familiar y amistoso,
publicar libros y discos con temas y dibujos funestos del ex
Ministro con fraseaología disque revolucionaria, surge dentro
de la cultura venezolana un personaje medio anónimo que se
encarga junto a su prole, de detener todo aquello que
represente una alternativa cultural en todo el país.

La fulana Bohórquez vive su vejez en la más
indecorosa actitud nepótica encumbrando a los Arria
donde no merecen ni reciben verdadero respeto
de quienes coordinan y mucho menos, de quienes dicen
ayudar. Esta mafia está a la espera de que a la abuela se
le nombre ministra, para proseguir sus desafueros con la
libertad que comporta el albedrío y los odios. Ustedes,
venezolanos todos, no tienen ni idea de lo nefasta que ha
sido esta mujer para el Zulia cultural. Cualquiera que
tenga horas de vuelo artístico es objeto de sanciones
silenciosas impuestas desde su senáculo. Hasta los más
coherentes revolucionarios como Cepeda, Díaz, Cavallaro,
Venegas y unos cuantos más, bajan la cervis cuando
los tipejos se aparecen, cuando con el celular hacen que
hablan con Chávez, con Soto, con Eckaut y para usted de
fingir.

Vaya usted a saber dónde se había visto tanto adequismo
junto, como si no se supiera lo de la mafia de la agencia de
viajes de la señora S. Díaz y los monos de la señora Verde.
Gentecita a quienes Furruco y Camencita conocían mucho.
Siga pagando cuñas en el periódico escuálido zuliano
La Verdad señora de las siete décadas. Usted que anduvo
con un emblema de las romerías blancas de occidente
llamado Américo Araujo, antes y después que acabaron
con la Sociedad Dramática. Dramático es ser revolucionario
con ese currículo. ¿Hasta cuándo padecerán los artistas
a la élite arriabohorquiana del Zulia? VIVAN FARRU,
CAMUCHA, LOS ARRIA Y LOS CARGOS de los
funcionarios públicos y culturosos de las plastaformas.

Me cago en tu madre, diría un gran amigo. Pero se trata de
la REVOLUCIÓN, no de insultos merecidos ni palabras que
digan verdades desde la grosería y la falta de respeto que le
vienen por derecho adqurido con todas sus prerrogativas.

Muchas gracias. Atentamente.

Nosotros (Unos cuantos por cierto)